Los pediatras y nutricionistas han mostrado signos de alarma ante la creciente cifra de niños con obesidad o con indicios de la misma. El problema ha venido afectado gran parte de la población norteamericana y distintos países de Europa y América Latina, las principales causas son debido a la ingesta desmesurada de calorías y a un aumento en el sedentarismo.A nivel cultural, sobre todo en América Latina, nunca ha sido motivo de preocupación que un niño tenga unos cuantos kilos de más, y aunque esto ha venido cambiando, son muchas las familias que ignoran este tipo de situaciones y dejan que los problemas se agraven.
Hoy en día, los niños pasan mucho más tiempo con la tecnología que en las calles jugando o practicando algún deporte, lo que ha contribuido a un mayor sedentarismo en sus vidas que es comúnmente acompañado por una alta ingesta calórica. Los padres, por su parte, han asumido como normal este ritmo de vida e incluso la comparten. De igual forma, la genética juega un papel fundamental, y es importante consultar nuestro árbol genealógico para entender por qué nuestros hijos reaccionan de cierta forma a las comidas, de esta manera, podremos brindarles una mejor atención y mejoraremos la calidad de vida de nuestros niños con una alimentación saludable que sea acorde a sus necesidades.