Por: Guillermo Pérez Rojas
Uno de los problemas de salud pública que ha salido a la luz a raíz del Covid-19, o asociado a éste, es el de las afecciones mentales. Y aunque la mayoría se relacionan con trastornos de ansiedad o depresiones cuyas causas pueden estar asociadas al encierro por confinamiento, la preocupación económica, el duelo por la pérdida de un
ser querido, entre otras; nos ha parecido importante recordar a aquellas personas que ya tenían padecimiento psiquiátrico o que convive con algún familiar que lo tenga, previo a la pandemia.
Por esto, hemos contactado a la Dra. Morella Viloria, médica especialista en neurología, con quien tuvimos una larga charla sobre la demencia.
La demencia se conoce como una condición progresiva, que produce pérdida de las funciones mentales que pueden afectar las actividades de la vida diaria. Como bien nos señala el sitio web mayoclinic.org, la demencia no es una enfermedad específica, sino que hay varias enfermedades que pueden provocarla y, por ende, dependiendo de la causa, algunos de los síntomas se pueden atenuar o hasta revertir.
Demencia y adultez.
Una de los puntos importantes que nos señala la Dra. Viloria es que la demencia de ninguna forma es un proceso normal del envejecimiento, aunque las personas mayores de 65 años se encuentren entre los grupos de mayor riesgo.
Cualquier persona de cualquier edad puede sufrir demencia, sobre todo aquellos que están expuestos a factores de riesgos como: Estrés (que pueden lesionar las neuronas), hábitos tabáquicos, hábitos alcohólicos, Diabetes, hipertensión arterial y antecedentes familiares cercanos con esta condición.
Síntomas y afectación.
Los síntomas de la demencia pueden variar, dependiendo de las áreas del cerebro que estén afectadas. A menudo, experimentar olvidos frecuentes o problemas de memoria es el primer síntoma; pero luego también se pueden presentar dificultades con la capacidad de pensar, razonar y resolver problemas.
Otras funciones cognitivas que puede afectar la demencia a niveles más desarrollados son las habilidades de lenguaje, la percepción visual (capacidad de entender lo que ve), la capacidad para enfocarse y prestar atención, etc.
Pero también la demencia puede afectar la personalidad y el comportamiento. Sobre esto, la Dra. Viloria, nos indica que la demencia se presenta en tres etapas:
Leve: Compromiso de la memoria reciente.
Moderada: Perdida de capacidades previamente adquiridas, como escribir, leer, cocinar, conducir un auto, etc.
Severa: Compromiso de las funciones motoras con trastornos del equilibrio, caídas frecuentes y dificultad para caminar.
¿Cómo asumir el diagnóstico?
Para realizar un diagnóstico de demencia su médico tratante debe analizar su historia clínica, sus antecedentes familiares, revisar exámenes para-clínicos como pruebas de sangre, estudios imagenológicos (Resonancias, Tomografías, etc.); y además realizar un examen físico para evaluar la facultad de pensar, la memoria y la capacidad de lenguaje.
Mientras más pronto se realiza un diagnóstico de demencia mejor posibilidad tenemos de intervenir con el tratamiento médico y demorar la progresión de la enfermedad.
Una vez se cuenta con el diagnóstico, nos indica la Dra. Morella Viloria, el reto es asumir la nueva situación. Al respecto, nos recomienda:
“Observar y experimentar cada uno de los sentimientos buenos o malos, que podemos presentar, porque dentro de ese proceso de duelo, que nos produce dicho diagnóstico, pasamos por una serie de etapas: Negación, Enfado, Culpabilidad, Tristeza y por último aceptación, por lo cual el proceso se debe vivir de una manera única, a nuestro propio ritmo”.
Si desea tener más información sobre este u otros temas, puede contactar a la Dra. Morella Viloria a través de la plataforma de MVO.